La invisibilidad de la violencia hacia los hombres: una deuda pendiente en América Latina

Fuente: Envato.com

 

Colombia, noviembre de 2024 – La violencia es una tragedia universal que atraviesa todos los estratos y géneros. Sin embargo, cuando los hombres son las víctimas, el tema parece desvanecerse tanto de la conversación pública como de la cobertura mediática. En su columna, Josué Lavandeira destaca esta dolorosa realidad al recordar que los hombres también sufren por violencia, pero este hecho es comúnmente ignorado o minimizado en nuestra sociedad.

En América Latina, la situación es alarmante. Según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), un 17% de los hombres en la región reporta haber sido víctima de agresiones físicas en algún momento de su vida y en algunos países las cifras de homicidios contra hombres superan en gran medida las de cualquier otro grupo. En 2021, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) informó que América Latina registra una de las tasas de homicidios masculinos más altas del mundo, con un promedio de 29 hombres asesinados por cada 100,000 habitantes, principalmente entre jóvenes y adultos.

¿Por qué esta violencia hacia los hombres recibe tan poca atención? Los estereotipos de género juegan un rol crucial y las no denuncias corresponden a creencias que se han fortalecido a través de la cultura. Existe una percepción arraigada de que los hombres son inherentemente fuertes y “resistentes,” lo que fomenta un estigma que impide que muchos pidan ayuda o que se visibilicen como víctimas de violencia doméstica o de pareja. A nivel público, el enfoque de los medios se centra en la violencia contra mujeres y niñas, una problemática devastadora que necesita urgente atención. Sin embargo, la falta de cobertura sobre la violencia hacia los hombres genera un sesgo en la percepción de este problema, teniendo en cuenta que, en la mayoría de los casos, la violencia física es ejercida de un hombre hacia otro hombre y que las formas de violencia ejercidas entre los géneros son distintas.

Esta invisibilidad tiene graves consecuencias. Cuando los casos de violencia hacia los hombres no se reconocen, los hombres afectados quedan en un limbo de desprotección y de silencio absoluto. Esta falta de reconocimiento y enfoque unidimensional limita el desarrollo de políticas integrales de seguridad y justicia que puedan abordar de manera eficaz todos los aspectos de la violencia y deja de lado la posibilidad de comprenderla como un problema estructural que afecta a toda la sociedad y que necesita ser abordado de forma integral. Visibilizar la violencia hacia los hombres no disminuye la gravedad de la violencia de género hacia las mujeres; al contrario, permite un diálogo más completo y nos acerca a soluciones más efectivas.

Es urgente que se reconozca la violencia contra los hombres, que se investiguen y publiquen datos precisos y actualizados y que se promuevan campañas que fomenten la denuncia y el apoyo psicológico para todas las víctimas, sin importar su género. Solo así avanzaremos hacia una sociedad que entienda la violencia como un problema común que debemos enfrentar unidos, más allá de estereotipos y prejuicios