Tolima, Colombia – 13 enero de 2025. Un ejemplar juvenil de oso de anteojos ha sido avistado recientemente en la Reserva Amé, ubicada en el Bosque Galilea, gracias a una de las cámaras trampa instaladas en este rico ecosistema. Este hallazgo no solo reafirma el impacto positivo del proyecto REDD+ liderado por la Fundación Amé, sino que también subraya la importancia de las iniciativas de conservación para proteger esta especie emblemática y su hábitat natural.
El oso de anteojos, también conocido como oso andino (Temaritos ornatus), es el único oso nativo de Sudamérica y desempeña un rol crucial en el equilibrio del ecosistema del bosque. Al dispersar semillas, contribuye a la regeneración de los ecosistemas, lo que le ha valido el título de «jardinero del bosque». Sin embargo, esta especie se encuentra en estado vulnerable debido a amenazas como la deforestación y la caza ilegal. Por ello, el avistamiento de este joven ejemplar es un indicador del éxito de los esfuerzos de conservación.
La directora de la Fundación Amé, Luz Ángela Palacios, expresó su alegría por el hallazgo y realizó un llamado a la acción: «El avistamiento de este ejemplar juvenil de oso de anteojos es una prueba tangible de que la naturaleza responde positivamente cuando la protegemos. Fortalecer las capacidades de las comunidades locales y promover la protección de nuestros ecosistemas no solo beneficia a la fauna, sino también asegura un futuro sostenible para todos nosotros. Hacemos un llamado urgente a evitar la deforestación y a unirnos en la lucha por preservar nuestra biodiversidad».
Es de destacar que, el proyecto REDD+ en la Reserva Amé abarca más de 15 hectáreas de bosque y ha logrado combinar la protección ambiental con el desarrollo económico sostenible. A través de esta iniciativa, las comunidades locales participan activamente como guardabosques y en proyectos que generan ingresos alternativos, demostrando que es posible equilibrar el bienestar humano con la conservación del medio ambiente.
Gracias al trabajo continuo en la reserva, no solo se ha avistado a este ejemplar juvenil de oso de anteojos, sino también a otras especies emblemáticas como tigrillos, pavas de monte y armadillos, consolidando al Bosque Galilea como un bastión de biodiversidad.
La Fundación Amé reafirma su compromiso con la conservación y hace un llamado a todos los colombianos y al mundo a unirse en la lucha por proteger este valioso ecosistema.