País. A la fecha, el Instituto Nacional de Salud, INS reporta que hay por lo menos 300 casos de tosferina en Colombia. Los departamentos más afectados con Antioquia, Cundinamarca y Bogotá D.C. A la fecha el Sistema de Vigilancia Epidemiológica, Sivigila, habla de 3 menores muertos a causa de la enfermedad. Desde Nueva EPS se estima que por lo menos el 15 % de la población afiliada entre los niños y niñas menores de 1 año, y un igual porcentaje de gestantes, no ha completado los esquemas de vacunación, condición que aumenta el riesgo de contraer esta enfermedad que podría ser letal. Actualmente en la vacunación pentavalente que se aplica en Colombia se encuentra inmersa la vacuna, pero debe cumplir una serie de refuerzos, es allí donde justamente está la problemática pues muchas familias no acuden a las jornadas de vacunación, especialmente cuando los casos de Tosferina están disparados. Es por ello que invitamos al doctor Mario Alejandro Lozano Murillo, médico pediatra adscrito al Hospital Universitario Nacional, que hace parte de la red de prestadores de Nueva EPS, para que nos cuente sobre esta enfermedad. ¿Las actuales condiciones climáticas pueden acelerar la aparición o la propagación de esta patología? La relación con los cambios climáticos pudiera no ser tan clara, sin embargo, estamos teniendo una prolongación del pico respiratorio de la mitad del año, pero los factores que más llevan a la propagación tienen que ver con personas sin vacunación o con esquemas incompletos, es por ello que los pacientes pediátricos y gestantes deben estar vacunados, así como los convivientes con el nuevo bebé deben estar vacunados. ¿Esta enfermedad tiene cura? Al ser de origen bacteriano tiene cura a partir de un tratamiento prescrito por un médico, sin embargo, hay que insistir que la principal forma de combatir la enfermedad está relacionada con la vacunación. Es un biológico que se encuentra disponible y al alcance. Según Sivigila, Bogotá es una de las zonas con mayor número de casos, ¿cuál es la recomendación? La capital del país está presentando un importante número de casos, y luego de haber pasado cerca de 10 años sin casos con mortalidad, hoy debemos señalar que a la fecha van 3 casos con fallecimientos, circunstancia que enciende las alarmas. ¿Cómo es la tosferina? Realmente la Tosferina tiene una serie de etapas, la primera es indistinguible con otros cuadros respiratorios, esta fase dura entre 1 y 2 semanas. Posterior a ello, se comienza a presentar unas manifestaciones características, entre ellas lo que se denomina tosferina: una tos agresiva y particular. Es una tos denominada como pertussis o el coqueluche, como también se le conoce y hace referencia a estos síntomas. Esto lleva a una situación de sangrado cerebral y de ojos. También, genera un ruido agudo al interior de los oídos y pueden estar acompañados con apneas, coloración de la piel, pero en esta enfermedad no es común la fiebre. ¿A quiénes ataca más la enfermedad? Ha resultado ser más fuerte con los menores de 3 meses. EN este segmento se presenta vómito, coloración, entre otros. Ahora bien, en los pacientes mayores a esta edad, es importante evaluar la tos y revisar si se trata de una enfermedad y se distingue con la duración. ¿Cuándo acudir al médico? Cuando exista dificultad respiratoria, aleteo nasal. Para el caso de pacientes pediátricos cuando se presente hundimiento debajo de las costillas al respirar, una tos que debilita al paciente con ruido agudo en la garganta y coloración azulada a nivel de la cara, además de algunos episodios de vómito luego de la tos. Por último, desde Nueva EPS se recuerda los afiliados que pueden acudir a la IPS primaria asignada para revisar que los esquemas de vacunación se encuentren completos, de esta manera asegurarse ante esta enfermedad que ha reaparecido, justamente debido a la no culminación de la totalidad de las dosis.

El contrabando hacia Bolivia, el auge de procesadoras informales y la escasa presencia estatal profundizan el avance de la minería ilegal, que ya amenaza con superar al sector formal en valor exportado.

 

 

Las exportaciones ilegales de oro podrían igualar —e incluso superar— a las legales por primera vez en 2025. Así lo advierte el Instituto Peruano de Economía (IPE), que estima un valor de US$12 mil millones para ambos flujos de exportación, reflejando la acelerada expansión del comercio ilícito de este metal.

La minería ilegal ha cuadruplicado sus envíos desde 2019, mientras que la minería formal apenas los ha duplicado. Este fenómeno, lejos de ser marginal, evidencia una transformación estructural del sector aurífero nacional, donde las redes informales —muchas veces amparadas en la inacción estatal— se posicionan como protagonistas del mercado, alerta el IPE.

Bolivia como canal de salida del oro ilegal

Uno de los principales puntos de fuga del oro ilegal peruano es la frontera con Bolivia. Desde hace más de una década, datos oficiales de ese país —analizados por la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA)— han revelado exportaciones de oro con orígenes dudosos, atribuidas al contrabando desde Perú. Este circuito se ha reforzado con el crecimiento de las cooperativas mineras bolivianas, que operan sin mayor fiscalización y que, paradójicamente, pagan mejores regalías que muchas empresas formales.

La situación se agravó en 2023, cuando el Banco Central de Bolivia fue autorizado a comprar oro directamente a las cooperativas, abriendo un nuevo canal para el blanqueo del mineral. Como resultado, la producción de oro en Bolivia se ha cuadruplicado en los últimos 15 años, según la Fundación Milenio, alimentada en gran parte por oro peruano sin trazabilidad.

Auge de procesadoras y comercializadoras informales

El avance de la minería ilegal no solo se manifiesta en la extracción y el contrabando. El boom de los precios internacionales del oro ha incentivado la proliferación de empresas dedicadas al procesamiento y comercialización del mineral. En lo que va del 2025, se han creado en promedio 82 procesadoras y 58 comercializadoras de oro por mes, triplicando las cifras de la década pasada.

Este patrón se repite en la cadena del cobre. Entre 2015 y 2025, las plantas de beneficio cupríferas se triplicaron, especialmente en regiones como Arequipa, Ica y Puno, donde también se evidencia una mayor participación de actores informales.

Estado ausente y dinero sospechoso

El fortalecimiento de las redes ilegales también se evidencia en el terreno financiero. Entre 2020 y 2024, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) registró un promedio anual de operaciones sospechosas relacionadas a la minería ilegal cinco veces superior al del quinquenio anterior. Solo en el primer semestre de 2025, se alcanzó el 88% de ese promedio. Este crecimiento va de la mano con una débil presencia del Estado. El Índice de Densidad del Estado (IDE), elaborado por el PNUD, muestra que servicios básicos como salud, agua y seguridad han retrocedido o se han estancado en distritos con fuerte presencia de minería aurífera informal, como los de Madre de Dios o La Libertad.

Diálogos sin control y urgencia de estrategia integral

Mientras tanto, el Gobierno sostiene una tercera mesa de diálogo con representantes de la minería artesanal e informal, tras el fracaso de la ley MAPE. Expertos advierten que sin una visión integral, estos espacios podrían derivar en acuerdos que consoliden la ilegalidad bajo un manto de legitimidad política.La solución, coinciden analistas, va mucho más allá de la formalización de operadores. Requiere recuperar la presencia efectiva del Estado en los territorios, reforzar los controles fronterizos —especialmente con Bolivia—, asegurar la trazabilidad del oro en toda su cadena de valor, articular esfuerzos con países vecinos y generar alternativas económicas sostenibles para las comunidades atrapadas por la minería ilegal.