Demanda mundial de energía creció un 2,2% durante 2024

A medida que el mundo busca un equilibrio entre crecimiento económico y acción climática, el impulso peruano hacia una matriz más limpia y diversa será clave para enfrentar las presiones del siglo XXI.

 

En un mundo cada vez más electrificado, el consumo de energía continúa marcando cifras récord. El Global Energy Review 2025, elaborado por la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés), confirmó que la demanda energética global aumentó un 2,2 % durante 2024, casi el doble del promedio registrado en la última década (1,3 %).

Esta aceleración estuvo impulsada principalmente por un crecimiento del 4,3 % en el consumo de electricidad, que incluso superó al crecimiento del PIB mundial (3,2 %).

Entre los factores que explican esta alza figuran los eventos climáticos extremos, la rápida electrificación del transporte y la expansión sin precedentes de los centros de datos a nivel global. China e India lideraron esta tendencia, siendo responsables de más del 80 % del incremento global en la demanda energética.

Este contexto ha creado nuevos desafíos para la seguridad energética y el clima, pero también oportunidades para acelerar la transición hacia fuentes limpias, particularmente en países como Perú.

Emisiones contenidas gracias a tecnologías limpias

Pese al crecimiento del consumo energético, el aumento de las emisiones globales de CO₂ se limitó al 0,8 % en 2024, alcanzando los 37.800 millones de toneladas. Este resultado se atribuye en gran parte a las inversiones en tecnologías limpias, que evitaron la emisión de 2.600 millones de toneladas de CO₂, equivalentes al 7 % de las emisiones mundiales.

Por otro lado, las energías limpias —tanto renovables como nucleares— han liderado la expansión eléctrica global por 22 años consecutivos, representando más del 80 % del crecimiento de capacidad instalada y sumando 700 GW durante el año pasado. Hoy, estas fuentes generan el 40 % de la electricidad mundial, consolidando su papel protagónico en el camino hacia la descarbonización.

Participación social e infraestructura resiliente

El desarrollo de una infraestructura energética limpia no está exento de retos. Entre ellos, la aceptación social de los proyectos emerge como una variable crítica para su ejecución exitosa.