- Son más de 5.200 periodistas mujeres y hombres que han sufrido algún tipo de agresión en el país en los últimos 19 años, de acuerdo con la Fundación para la Libertad de Prensa.
- Las mujeres periodistas enfrentan desafíos adicionales debido a la discriminación y el hostigamiento basado en estereotipos de género.
- El Estado debe propender por la garantía de que haya voces críticas, que se puedan expresar sin temor, ejercer su labor, que tengan plenas garantías en tan clave rol.
Bogotá, 7 de mayo de 2025 (@DefensoriaCol). En el Día Mundial de la Libertad de Prensa, la Defensoría del Pueblo valora el trabajo de las y los periodistas en el territorio nacional, en especial de quienes en las regiones se ven enfrentados a situaciones que les ponen en riesgo. Es tan preocupante la situación, que son 4.173 periodistas hombres los que han sufrido algún tipo de agresión, y en el caso de las mujeres periodistas, 1.038 han sido víctimas de diversas formas de violencia desde el 2006 hasta la fecha en Colombia, según la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip).
Las mujeres periodistas enfrentan desafíos adicionales debido a la discriminación y el hostigamiento basado en estereotipos de género, formas de violencia que afectan su seguridad personal, pero también su credibilidad y capacidad profesional.
El periodismo regional, que con recursos limitados denuncia hechos de interés público y denuncia la vulneración de los derechos de comunidades históricamente marginadas, igualmente se ha visto inmerso en contextos de violencia, muchos de ellos tienen como antagonistas a estructuras armadas ilegales, y ausencia estatal.
Todo este panorama, por lo tanto, refleja una realidad que no puede ser ignorada por la institucionalidad gubernamental: el ejercicio del periodismo en el país enfrenta riesgos constantes que afectan tanto la integridad física de las personas dedicadas a informar como la libertad de prensa, pilar fundamental de toda democracia.
Por lo tanto, el Estado no puede reducir al olvido la libertad de información, la ausencia de una prensa libre debilita las instituciones y erosiona la confianza ciudadana, es por ello que debe propender por la garantía de que haya voces críticas, que se puedan expresar sin temor, que puedan ejercer su labor.
La prensa constituye el espacio propicio y natural para limitar cualquier tentación de abuso de poder. Sin periodismo independiente, crítico, los abusos pueden pasar desapercibidos y las injusticias pueden quedar impunes. La institucionalidad, en consecuencia, debe tener presente que, cuando el debate público es amplio y diverso, el acceso a la información está garantizado.
La entidad nacional garante de los derechos humanos seguirá promoviendo entornos seguros para que el periodismo pueda ser ejercido sin censura ni amenazas, con plenas garantías para la libertad de expresión y la seguridad de quienes desempeñan tan importante labor.
En esta conmemoración, la Defensoría del Pueblo confirma que continuará siendo una aliada incondicional de quienes, a través de la palabra, la investigación y la denuncia, aportan a la construcción de democracia. La libertad de prensa es un derecho inalienable, cuyo respeto y protección resultan esenciales para tener un país más libre, justo y democrático.