Defensoría del Pueblo urge eliminar barreras para atención psicológica de universitarios tras alarmante aumento de suicidios

La Defensoría del Pueblo hizo un llamado urgente para eliminar las múltiples barreras que impiden a los estudiantes universitarios acceder oportunamente a servicios de salud mental, en el marco del Día Mundial de la Prevención del Suicidio y ante el preocupante panorama que muestra al suicidio como una de las principales causas de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La alerta de la entidad nacional de derechos humanos se produce cuando Colombia enfrenta una crisis de salud mental sin precedentes: el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses reportó 1.352 suicidios en el primer semestre de 2025, una cifra que refleja la urgente necesidad de acciones inmediatas para proteger la vida de los jóvenes.

Crisis en universidades: 32% con ideación suicida

La situación en el ámbito universitario es particularmente crítica. Investigaciones recientes revelan que el 32% de los estudiantes presenta ideación suicida moderada o alta, mientras que el 43% muestra riesgo depresivo y el 38% ha recibido diagnóstico confirmado de depresión.

Sin embargo, el acceso a atención psicológica oportuna continúa limitado por una red compleja de obstáculos que incluyen desde trámites administrativos engorrosos y extensas listas de espera, hasta costos prohibitivos, horarios incompatibles con la vida académica y largas distancias de desplazamiento.

94% enfrenta múltiples obstáculos simultáneos

Un análisis realizado con más de 1.700 universitarios en Bogotá expuso la magnitud del problema: el 94% de los estudiantes enfrentó al menos tres barreras simultáneamente para acceder a servicios de salud mental, mientras que el 71% acumuló cinco o más obstáculos, convirtiendo la búsqueda de ayuda profesional en un proceso desgastante e, frecuentemente, inaccesible.

Las barreras más reportadas por los estudiantes incluyen:

  • Dificultad para conseguir citas compatibles con horarios académicos (83%)
  • Trámites administrativos complejos y burocráticos (80%)
  • Listas de espera prolongadas que dilatan la atención (78%)
  • Costos elevados de consulta o transporte (72%)

Panorama regional alarmante

El contexto regional también es preocupante. Según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la tasa de suicidios en las Américas aumentó un 17% en las últimas dos décadas, lo que evidencia que Colombia no es un caso aislado sino parte de una tendencia continental que demanda estrategias coordinadas y efectivas.

La convergencia de estos factores —altas tasas de problemas de salud mental entre universitarios, múltiples barreras de acceso y un panorama nacional y regional en deterioro— configura una emergencia de salud pública que requiere intervención inmediata de las autoridades competentes y las instituciones educativas.

Recomendaciones Prioritarias

En línea con la Política Nacional de Salud Mental 2024-2033 y la Ley 2460 de 2025, la Defensoría del Pueblo propone acciones concretas para superar estas barreras y garantizar el acceso equitativo:

  • Horarios extendidos y bloques protegidos en instituciones prestadoras de salud, especialmente en temporadas de exámenes.
  • Ventanilla única digital para remisión y agendamiento en tiempo real, eliminando trámites innecesarios.
  • Copagos diferenciados y subsidios de transporte financiados con recursos de bienestar universitario.
  • Tele psicología subsidiada y consultorios satélites, para reducir obstáculos geográficos.

Un llamado a la acción

La Defensoría del Pueblo subraya que la salud mental de nuestra juventud no es solo un asunto clínico, es un indicador del modo en que nos organizamos como sociedad. Cada hora de espera, cada trámite burocrático, puede significar la diferencia entre la vida y la muerte.

Garantizar la atención oportuna en salud mental es un deber ético y político. Las universidades, como entornos estratégicos de concentración juvenil, deben liderar este esfuerzo, asegurando que pedir ayuda no implique sacrificar tiempo de estudio, ingresos o bienestar.

El suicidio es prevenible. Actuar ahora es reducir desigualdades, proteger vidas y reafirmar que la universidad es un lugar donde la vida florece y no se apaga.